Captain {Oneshot} [Capítulo Único]

+Captain Cover

 

Captain por Mellark. (c) Poster Mellark.

Minjung x Gwiboon (girl!MinKey) Oneshot Yuri Romance – Humor

Advertencias: Smut. Bastante gráfico y un poquito vulgar, como cualquier smut yuri que se respete. Situaciones e insinuaciones sexuales al por mayor.

N/A: Los personajes de esta historia no me pertenecen. La creación de la versión «femenina» de los chicos de SHINee no es mi idea. Fue idea del fandom después de ver School of Rock. Kim Gwiboon y Choi Minjung son personajes ficticios.

Por cierto, es la segunda edición de este escrito. La primera (mal hecha y con diez mil errores) está publicada en mi cuenta en  Amor-Yaoi y pronto será actualizada con esta versión. Hice varios cambios y creo que quedó más decente.

 

 

 

Los alargados y felinos ojos de Gwiboon acribillaron a Lee Eunsook y a sus compañeras. Llevaban todo el día tratando de convecerla con una estúpida idea que ella, obviamente, no iba a aceptar.

—No.

La mayor de las chicas se tocó el entrecejo con el índice y el pulgar y bufó, frustrada.

Kim Gwiboon era un hueso duro de roer.

—No te estoy preguntando, Gwiboon.

La nombrada levantó la ceja derecha y sus profundas orbes oscuras se clavaron en los asustados y enormes ojos de una chica de alborotados cabellos castaños que acompañaba a Eunsook.

—¿Crees que eres mejor que yo?— Casi gruñó hacia ella.

Minjung abrió aún más sus grandes ojos y negó repetidamente mientras agitaba las manos.

—¡P-para nada, Gwiboon-ah!

Gwiboon frunció la nariz y cruzó los brazos sobre el pecho.

—No me digas «Gwiboon-ah», niña.—Soltó con aires de grandeza—Que no somos iguales. Para ti, soy Gwiboon-ssi, ¿entendido? No debería ni de permitirte que me estuvieras dirigiendo la palabra, pero tienes suerte.

La menor asintió y bajó la mirada. Eunsook rodó los ojos y se pasó la mano por el cabello a la par que recargaba todo su peso en su pierna derecha. Algún día se la cobraría con Sulli por encargarle a su torpe hermana mayor.

—Mira, Gwiboon. No te estoy pidiendo nada del otro mundo, sólo que ayudes a Minnie.—Imploró con mucho cansancio.—Déjala ser la capitana por ésta temporada, y en la siguiente, vuelves a serlo tú. No te cuesta nada, no pierdes nada.

Gwiboon buscó los ojos asustados de Minjung y le dirigó una mirada hosca cuando los encontró, haciendo que la otra se encogiera en su lugar. Iba a ser divertido hostigar a la menor.

—Ya qué me queda.—Resopló mirándose la uñas.—Pero si me saca de quicio, la boto y no puedes reclamarme nada de nada, Lee.

Eunsook sonrió y abrazó fuertemente a la castaña del cabello colorido.

—¡Gracias, Boonie! Te prometo que Minjung no te causará ningún problema, y si lo hace, recaerá en mí la responsabilidad. ¡Me alegra mucho que aceptaras, en serio!

Por supuesto que Gwiboon no estaba feliz. Después de todo, ¿quién quisiera tener a una simple gigante ojona reemplazándola? Ella no, por supuesto. No había lugar en este mundo para alguien que llenara su puesto.

Minjung miraba sus propias manos y las juntaba nerviosamente. No sé esperaba tal recibimiento por parte de la mayor. Ni mucho menos que fuera tan bonita en persona. Claro que la había visto por los pasillos, ¿quién no conocía a Kim Gwiboon, la fabulosa capitana del equipo de porristas?

—Hey, niña.

Minjung levantó rápido la mirada y encontró los sensuales y oscuros ojos de Gwiboon. Tenía una profunda mirada felina, siempre delineada perfectamente con pintura negra. A veces se preguntaba si no los tendría tatuados, pues eran casi como su sello personal.

—¿Sí, Gwiboon-ssi? — Murmuró en un intento de no tartamudear.

—¿Cómo te llamas?

Minjung se ruborizó, ¿quería saber su nombre? ¿La muchacha más preciosa de todo el asqueroso instituto? Que el cielo se partiera en dos y el Infierno se congelara si era por lo que la menor pensaba.

—No te emociones, querida.—Rió burlona y tapándose la boca exgeradamente con la mano.—No eres mi tipo. A mí me van los chicos de pectorales firmes, espaldas anchas y brazos ricos.—la miró de cabeza a pies—No las flacas y largiruchas nenas de segundo de prepa.

La del cabello alborotado bajó de nuevo la mirada; comenzó a hacérsele un hábito cuando conoció a Gwiboon. Además de ser por su altanera actitud, no se sentía gran cosa al lado de la mayor.

—En realidad, voy en tu salón. Soy de tercero.

Gwiboon no se mostró para nada sorpendida.

—Pues no hace ninguna diferencia para mí.—Miró hacia otro lado y empezó a guardar sus materiales escolares en una bolsa Aeropostale.—¿No vas a decirme tu nombre?

—Soy Choi Minjung.

Gwiboon chasqueó la lengua y se colgó la mochila en el hombro izquierdo, arqueando una ceja perfecta.

—¿Tienes algo que ver con Choi Sooyoung? —Inquirió señalándola con un dedo casi acusatorio.— ¿Tú?

Minjung asintió, sin llegar a sentirse ofendida por el tono burlón de la capitana.

—Somos primas. ¿Cómo la conoces?

Gwiboon se miró las uñas como si fueran los más interesante del mundo, maldiciendo para sus adentros. Choi Sooyoung, dos años antes, había sido la mejor capitana de porristas en todo el condado. Guapa, delgada, talentosa, sexy, ingeniosa e inteligente. El prototipo perfecto de animadora escolar.

Kim había sido completamente inspirada por ella.

—Era mi modelo a seguir cuando empecé a ser porrista.—La miró a los ojos, un poco más humilde—Ya sabes. Popular, bonita…—Casi saboreó el adjetivo—Delgada como un palo. Casi perfecta.

La menor pensó que Gwiboon ya tenía todos ésas características y que hablaba con bastante admiración acerca de su prima Soo.

—Por supuesto que alcancé todo lo que ella logró y fue.—Se enredó el dedo índica en una de las coloridas coletas.—Y más que éso. Logré superarla en todos y cada uno de ésos aspectos.—Sonrió con suficiencia y se arregló la exageradamente corta falda.—Como sea, te quiero aquí a las seis de la tarde de hoy. Empiezas tu primer entrenamiento.

Minjung abrió mucho los ojos, bastante sorprendida y apenada.

—Tengo entrenamiento de básquet. No puedo faltar o me irá mal con la entrenadora Hyo Yeon. Es un poco estricta.— Contó con voz asustada.

La de las coletas la miró con una ceja alzada y soltó un bufido molesto e incrédulo.

—¿Es que no oíste a Eunsook? Vas a ser mi sustituta por una temporada, así que debes ser la mejor. Bueno, lo más cercano a la mejor.—Rió con bastante acidez y casi despreciando la sola existencia de la menor.—Así que ya me oíste, aquí a las seis. Sin excusas.

—Pero…

El teléfono de Gwiboon sonó con una melodía muy bailable.

—¿Hola? — Ronroneó en el auricular del celular.

La voz melodiosa de un moreno platinado le inundó el cuerpo y los sentidos.

—Hola, preciosidad.—Habló seductor, jugando con una pequeña pelota para perros.—¿Tienes tiempo para verme hoy? ¿O estás muy, muy, muy ocupada?

Gwiboon adoptó una postura coqueta mientras jugaba con sus coletas, Minjung notó esto y adivinó que no era su madre con quien hablaba.

—Siempre hay tiempo para ti, Jonghyun. — Contestó con una voz bastante más grave y sexy de lo que normalmente era.— Eres tú el que casi nunca tiene tiempo para mí. — Hizo un puchero.

Estúpido cliché de teleserie pop adolesente. El capitán del equipo de fútbol con la capitana de las porristas. Sólo faltaba que Gwiboon fuera rubia y hueca para hacer completa la bromita.

Minjung también conocía a Jonghyun. Fornido, cara matadora y cabello decolorado. Muy guapo, por supuesto, pero un completo imbécil. Más músculos que materia gris.

—¿Hoy a la seis en mi depa? — Invitó coqueto.

Gwiboon hizo un puchero y miró a Minjung desde su lugar. Hizo una mueca de asco y volvió a la realidad. ¿Una tarde-noche divertida con su ligue de turno o pasarse la tarde ayudando a una torpe niñata ojona? No había ni que pensarlo.

Por supuesto que la primera opción.

Pero cuando iba a responderle a Jjong, el rostro molesto de Eunsook apareció en su mente. Nunca era bueno enojar a Lee Eunsook, tenía demasiados contactos y mucha información bastante confidencial con ella. No convenía nada.

Desilusionada, tuvo que rechazar la oferta.

—Lo siento, cariño. Tengo planes. Que no puedo cancelar. — Respondió enviando una mirada enojada a la menor, que ni podía defenderse.

Jonghyun gruñó al otro lado de la línea.

—¿Me cambias por otro, bebé?

Gwiboon rió tontamente.

—Nunca.—Miró hacia Minjung—Pero tengo entrenamiento hoy y sabes que soy muy puntual y responsable con mis chicas. No me gusta dejarlas botadas, por más perras que puedan ser conmigo.

El chico sonrió y se acarició la barbilla. Podría ir a echar un vistazo y coquetear con alguna de las descerebradas del equipo, eran bastante fáciles. Más aún si tu nombre era Kim Jonghyun y eras el chico más popular y guapo de todo el lugar.

—¿Puedo ir a verte? Sabes que adoro verlas practicar. Me gusta mucho quedarme cerca de ti para observarte con tus chicas.

Y ver debajo de sus faldas.

—Está bien.—Soltó, no muy convencida.—Pero hay una chica nueva y…

Jonghyun rogó internamente porque tuviera unos pechos enormes como los de Eunsook, o un trasero como el de Yuri. O ambos. Aunque parecía ser mucho pedir.

—No te preocupes, no seré una molestia.

Gwiboon sonrió y pensó que Jonghyun era un chico bastante lindo y comprensivo.

—Como quieras, te veo después, honey.

Jonghyun divagó en su mente sobre cómo sería la nueva.

—Lo espero con ansias, bebé.

Minjung se agarraba del borde de su blusa y miraba hacia el suelo. Estaba bastante incómoda de ser testigo de la conversación privada entre dos pseudo celebridades de su instituto.

—¿No te vas, niña? — Refunfuñó la mayor, casi enseñando los dientes amenazadoramente.

Levantó la vista y asintió repetidamente antes de correr hacia la acera principal.

Gwiboon se sentó bajo un árbol y miró hacia el cielo.

—¿Qué he hecho para merecer semejante castigo?—gritó—Soy una buena hija, buena alumna, soy deportiva, soy guapa, soy talentosa. ¡Ni siquiera he tenido sexo anal! No me merezco ésto.—Gimoteó y se puso una mano sobre los ojos.—La vida no es justa con la gente hermosa.

Una risa cristalina sonó tras su oído pero no la asustó, pues conocía perfectamente a su dueño.

—¿Quién lo dice? — Susurraron en su oído con dos aretes.

Volteó y encontró en todo su esplendor brillante a un pelirrojo muy agraciado que le sonreía bastante emocionado de encontrarla.

—Hola, cariño. — La saludó con un beso en la mejilla.—

—Taemin.—Exhaló y se echó en los brazos delgados del joven.—Te extrañé mucho, bebé.

El menor sonrió y besó la frente de la castaña.

—Yo también, linda. ¿Cómo está Jjong? Aparte de buenísimo.

—Tan imbécil y caliente como siempre.—Bufó antes de hacer pucheros para el pelirrojo.—Estoy pensando en terminar con él.

Taemin lo pensó un segundo y luego rió.

—¿Cuándo comenzaron a salir? Creí que sólo te acostabas con él.

Gwiboon hizo un puchero, más bien de reclamo y recargó la cabeza en su hombro.

—Tienes razón, ni siquiera sé como decirle que dejemos de salir. Es molesto cuando se pone como perrito en celo. Parece que no tuviera más que aire en la cabeza.

El menudo pelirrojo recargó su barbilla en la cabeza de la chica, pensativo.

—¿Me lo dejas a mí? Mi trasero es casi del tamaño del tuyo, no creo que le importe mucho.

Gwiboon rió y escondió su cara en el cuello de su mejor amigo. Taemin era tan directo como ella y por eso lo amaba como a un hermano.

—Sólo que yo no tengo pene. A él no le van los chicos, Taem. Lo siento, sabes que te lo daría de no ser así.

Taemin bufó y rodó los ojos, costumbre bien aprendida de la mayor.

—Bah, ni que estuviera tan bueno. Por cierto, ¿quién era la de los pelos alborotados? Creo haberla visto antes. Necesita un makeover urgentemente. Conozco un asesor de imagen bastante bueno.

Gwiboon gruñó y se separó de sus brazos, volviendo a su molestia.

—Choi Minjung, una nenita que Eunsook me pidió que pusiera como capitana toda esta temporada. No sé por qué rayos acepté. — Puso los ojos en blanco.— Ya recuerdo; sabe mucho y no podía dejarla por ahí teniendo algo contra mí.

Taemin se carcajeó y se apretó la barriga con la mano.

—¿Es en serio? Eunsook perdió la cabeza cuando dejó a Jonghyun. Debería de conseguirse un tipo con un buen metraje y listo. Adiós menopausia precoz, baby.

Gwiboon le dió un golpe en el brazo, riendo como una descosida.

—¡Eres un pervertido! ¡Puede oírte algún tutor y nos metes en problemas, tonto!

Taemin se rió también y abrazó a su amiga, besándole las orejas.

—Soy un chico, puedo hablar de penes y no sentir remordimiento. Viene en el paquete con el género masculino. ¿No has oído a los del equipo de futbol hablando de sus bultos? Tienen una obsesión. — Bufó.— Pero al que llaman «marica» es a mí.

—Eres un chico gay.—Le corrigió Gwiboon.— Tienes la mente de una chica. Cuentas como una. No vale lo de tu paquete del género masculino.

Taemin sonrió y se recostó en su regazo, mirando hacia el bonito cielo.

—Que Dios te oiga.

Finalmente, ambos amigos terminaron yendo a comer juntos a un desabrido puesto de hamburguesas que ofrecía más de lo que daba. Y después de ello, Gwiboon volvió a la escuela, acompañada del menor. Venían cogidos de la mano como siempre habían hecho desde que eran mejores amigos.

—Tienes que conocerla, Taem.—Comentó con horror. —Es increíble que Eunsook crea que tiene material para capitanear a mi equipo. ¡Ni siquiera llevaba puesto maquillaje! ¡Ni una gota!

Conforme acomodaron sus cosas en la gradas, las demás porristas fueron llegando. Kwon Yuri, Tiffany Hwang, Jia Meng, Son Gain, las hermanas Jung, Lee Minyoung, Fei Fei, Bae Suzy, Song Victoria, entre otras.

Y la tardada y lenta de Minjung no aparecía incluso cuando Eunsook llegó.

—¿Y Minjung?—Preguntó a la de mechas coloridas.—¿La asustaste tan rápido? ¿Has tirado su mochila en un retrete o algo por el estilo, Kim?

Gwiboon rodó los ojos mientras se acomodaba las coletas y Taemin le ayudaba a abrocharse la falda. Por respeto a la presencia de su amigo no le enseñaba el dedo medio a la mayor.

—A mí no me digas nada, la traté bien y le dije que llegara a las seis. No sé si no entiende o no tiene reloj. Puede ser que sean las dos cosas.

Hasta Jonghyun llegó y Minjung no apareció hasta pasadas las seis y media. Justo cuando cruzó la puerta del gimnasio y comenzó a disculparse, Gwiboon le soltó una bofetada, asustando a todos los presentes.

—¿Crees que ésto es un juego?—Sus ojos destilaban malicia.—¿Que puedes venir cuando quieras y no afecta en nada? ¡Esto es mucho más importante de lo que tu crees, tarada! ¡Me parto el culo trabajando en la rutinas y en que todo sea perfecto como para que tú creas que puedes llegar cuando quieras! Ni siquiera eres totalmente oficial en el equipo y ya te sientes la gran cosa como para llegar treinta mintuos tarde. ¿Acaso no te dije que no quería excusas? ¡Quiero resultados!

Minjung bajó la mirada y se vió los zapatos deportivos mal amarrados.

—¡Y levanta la cabeza cuando te hablo!—Gritó, haciendo que la menor obedeciera al instante. —Detesto a la gente que se hace la víctima. Ahora mismo todos deben de pensar que soy una maldita tirana hija de puta, ¿y qué crees? ¡Lo soy! Así que vete acostumbrado a eso, porque tú debes de ser igual o las cosas no funcionarán. Estas chicas están acostumbradas a mi método. Cuando llegas un lugar debes acoplarte a sus reglas; nunca esperes que estas se acoplen a ti. — Se alejó de la chica y miró hacia el resto del grupo.—Acomoden las cosas ahora, empezamos el ensayo y nos vamos a las ocho de la noche.

Ni una queja u objeción se escuchó por parte de las porristas. Ése era el poder de palabra de la capitana Kim.

—¿No piensas acercarte a ver cómo trabajo, Choi Minjung?

La interpelada caminó unos pasos hasta pararse junto a Gwiboon y observó todos los movimientos en cada una de las rutinas practicadas. Incluso sonrió ante algunos gestos de la mayor.

Por otra parte, Jonghyun estaba completamente decepcionado.

Ésa chica era la cosa menos deseable y atractiva que había visto en su vida. A duras penas y llenaba su sostén, su trasero era diminuto y lo único bueno que tenía eran sus labios gruesos y proporcionados. Se imaginó que la debía chupar como los dioses.

Taemin miraba a Jonghyun mientras se mordía el labio. El maldito estaba como quería. Brazos fuertes, piel morena, espalda ancha, cintura definida, pectorales señalados. Un Adonis de baja estatura. Si tan sólo fuera más curioso…

—¿Por qué tanta atención en la nueva, Jjong?—Preguntó coqueto, sacándolo de su ensoñación, que tenía que ver con los labios de Minjung, su propio pene y felación. Nada que Taemin quisiera saber.— ¿No preferirías que tú y yo…?

—Ni lo sueñes, niño. No me van los hombres.— Respondió enseguida, como autómata.

Taemin gruñó e hizo un puchero. Bastante maduro para su edad, como siempre.

—¿Cómo sabes si no lo has probado? Nunca digas «nunca», no sabes qué te llegará a gustar.

Jonghyun lo miró casi con asco.

—Aunque me gustaran, no me llamarían la atención los ofrecidos baratos.

Taemin frunció el ceño y se levantó del asiento en el que estaba. No iba a dejar que lo tratara de esa manera. Era un dios griego en físico, pero no lo suficiente para dejar que lo sobajara así.

—Tú te lo pierdes, guapo.—Y se alejó, meneando sus caderas a propósito.

De vuelta en la práctica, después de una hora y media de gritos y reclamos por parte de la capitana Kim, las chicas terminaron exhaustas y echadas sobre el frío piso amaderado. La pierna de una estaba sobre el abdomen de otra y las hermanas Jung se quejaban de haberse manchado la manicura por estar cargando a Minjung y sus sucios zapatos.

—Muy bien, niñas, arriba.—Llamó Gwiboon extendiendo la mano hacia Gain, su segunda al mando.—Que tengo algo que decirles.

Yuri le dió una palmada a Tiffany en el trasero y la ayudó a levantarse, mientras Jia y Min discutían sobre alguna parte de la rutina. Las Jung seguía lloriqueando por sus horas invertidas en el salón de belleza.

—Como verán, tenemos una nueva compañera.—Introdujo casi gruñendo y extendiendo la mano para señalar a la menor.—Ven.

Minjung se movió tímidamente hasta el centro de la cancha e hizo una reverencia hacia las chicas. Le temblaban las piernas; en parte por los nervios y en parte por el ejercicio que había hecho durante toda la práctica.

—Buenas tardes, soy Choi Minjung. Por favor, cuiden de mí.

Tiffany sonrió y le apretó las mejillas, dejándoselas coloradas como manzanas rojas.

—¡Eres tan tierna!

Gwiboon chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.

—Fany, compórtate, por favor.—Miró a Minjung y la tomó del brazo, más por reflejo que por gusto.—Por una extraña razón que no pienso revelar, Minjung será la capitana por toda esta temporada.

Desde la más chica hasta la mayor de las porristas miraron con ojos desorbitados a la de las coletas con mechas coloridas. ¿Le habría hecho daño el almuerzo? ¿Alguien la habría envenenado? Porque de no ser así, no había razón existente en el mundo para que Kim Gwiboon cediera su puesto.

—No me miren así.—Gruñó huraña.—No ha sido por iniciativa mía, así que trátenla bien y disfruten. Porque en la siguiente temporada regreso yo y les haré la vida imposible a todas por perras.

Gain sonrió y abrazó a Gwiboon.

—¿Te irás del equipo?

Gwiboon rió y le jalo el corto cabello oscuro.

—¡Ja! Eso quisieran, ¿verdad? Pues no. Me quedo, pero como una más.

Gain frunció el ceño y le mordió el hombro.

—Maldita seas.

La menor le enseñó la lengua y la abrazó por la cintura.

—Odio tener que ser una subordinada.—Le dijo al oído.—Pero no me dejaron otra opción.

—¿Eunsook?

—Sí.

—La vida es dura con la gente hermosa, cariño.

Minjung observaba todo sin saber qué hacer.

—A ver niña, atiende.— La llamó Gwiboon, soltando a Gain.—Todo lo que me viste hacer hoy es lo que tienes que hacer. Las rutinas ya están hechas y los concursos son hasta la siguiente temporada así que solo tienes que hacer que practiquemos para que no las olvidemos, ¿queda claro? No es mucho trabajo, pero si llegas a tener problemas, Gain sabe casi tanto como yo y te echará una mano con ese temperamento tan débil que tienes.

—Sí, Gwiboon-ssi. — Dijo firme y dispuesta a no defraudar a la mayor.

Y se tomó muy enserio lo de ser como Gwiboon.

 

 

 

 

La mayor nunca pensó que en unos meses de casi obligada amistad con Gain, Jessica y Jia, Minjung podría convertirse en una maldita perra. Jia era una persona más bien pacífica, y Jessica era un poco alzada, pero buena chica. El problema era Gain y todo lo que había aprendido de Gwiboon. Fueron clases difíciles para Minjung mientras descubrió los secretos del porrismo.

Tres meses después, casi al final de la temporada, Gwiboon llegó dos minutos tarde al entrenamiento.

—¡Lo siento! Mi celular no sonó y…

Minjung soltó un bufido sarcástico y la barrió de cabeza a pies, deteniéndose tentativamente en sus piernas blancas y lechosas.

—¿Crees que me importa la razón?—Se burló—No me importa, Gwiboon. ¡Ahora sólo mueve tu culo hasta tu posición si no quieres que me enfade más!

La de las coletas pasó como una exhalación junto a la más alta y se colocó junto a Krystal, que la veía con burla.

—Parece que has creado un monstruo, ¿eh?

Gwiboon la fulminó con la mirada.

—Cierra la boca, Jung.

Terminaron de ensayar la rutina de ‘Too Fancy’ y Minjung decidió que era suficiente por ése día.

—¿Estás loca?—Saltó Gwiboon, explotando de la frustración.—¡Sólo ha sido menos de una hora! ¡Así nunca nos saldrá! ¿Quieres que perdamos las nacionales, verdad?

Minjung rió sonora y despectivamente. Fue tan parecida a la risa de Gwiboon que dió miedo.

—¿Quién es la capitana, cariño?

La sangre hirvió por el cuerpo de la más baja y se acercó furiosa hasta la cara de la del cabello alborotado. Casi se puso de puntas, pero su mirada era intimidante.

—¡Yo! ¡Yo soy la capitana, imbécil!—Gritó en su rostro.—¡Sólo lo serás hasta el próximo mes!

Minjung rió de nuevo y enredó un dedo en su cabello.

—Te ves tan graciosa cuando te enojas, pequeña Gwiboon.

Gwiboon abrió sus felinos ojos y soltó una enorme lista de improperios dirigidos hacia la persona frente a ella.

—Y además de éso… ¡eras una estúpida deportista torpe!—Gritó con los ojos rojos de furia.—Y apuesto que aunque seas la nueva capitana, ¡ningún chico se te acerca! ¡Eres una apestada! ¡Todos saben que eres virgen! ¡No eres atractiva a la vista de nadie! ¡Nadie te deseará nunca! ¡Te quedarás sola siempre!

El silencio reinó en el lugar. No se oía ni la respiración de las chicas.

—Fuera todas.—Dijo Minjung con voz demandante y nadie dudó, incluso Taemin que estaba sentado en las bancas.

Cuando el lugar quedó vacío, Gwiboon comenzó a pensar en lo que había dicho.

—Minjung…

—Cállate.

—Minjung, yo…

—Cállate, dije.

Gwiboon frunció el ceño.

—¡Tú no me puedes callar!

Minjung sonrió maliciosamente.

—¿Quién lo dice?

Se acercó completamente a Gwiboon, hasta que su pecho pegó con el contrario, dejando muda a la mayor.

—¿Ves? Te has quedado calladita, linda. Pero aún temo que hables, así que me aseguraré.

Su mano derecha bajó rápidamente hasta la cintura marcada de Gwiboon y su izquierda tomó la nuca de la chica, acercó sus bocas…

Y boom.

Al segundo siguiente, mordisqueaba fieramente los labios rosas de la más baja mientras comenzaba a bajar una de sus manos hacia la falda de Gwiboon, que no se creía lo que estaba pasando y aún así, no abría los ojos.

Cuando reaccionó, Minjung ya había bajado su cierre y se encontraba tocándole el trasero por encima de la minúscula ropa interior que usaba.

—Dios, amo ésta.—Soltó cuando se separó de la boca de Gwiboon.—Las rojas son mis favoritas, por estas también me agradan. Tienes una colección bastante interesante que puedo apreciar cada vez que hacemos los saltos mortales.

Gwiboon no entendió hasta que sintió los fríos y largos dedos de Minjung paseándose por el borde de sus bragas negras. Se sacudió violentamente y la trató de empujar por los hombros. Había sentido una corriente eléctrica en la espalda.

—¡S-suéltame, maníaca sexual!

Minjung rió y metió su mano en las bragas que la otra usaba.

—¿Maníaca sexual? Creí que era virgen, no sé como podría ser éso si soy una virgen apestada.

Gwiboon se ruborizó cuando los dedos de la menor comenzaron a acariciar sus nalgas, casi con delicadeza. Casi como si la estuviera adorando en lugar de estar abusando de su posición como capitana.

—Por favor, déjame.

Minjung negó con la cabeza.

—Imposible, te veías muy caliente enojada, y no pienso ser la única que termine con las bragas húmedas.

Gwiboon jadeó cuando Minjung le pasó el brazo por debajo de las piernas y la cargó por la cancha hasta las bancas, donde la dejó sentada y procedió a alzar por completo su falda de tablones.

—Te ves muy hermosa así.—Opinó mientras separaba las pierna de la de las coletas—Abierta, acalorada, jadeando. Sólo por y para mí. ¿Qué se siente estar así de vulnerable, cariño?

—N-no es por ti, estúpida.

Minjung rió y se acercó de nuevo al rostro de la mayor.

—Pues yo no veo a nadie más por aquí, ¿o es que Taemin te está tocando?

—Taemin jamás me tocaría de esta manera, idiota.— Respondió temblando.

Minjung mordió el labio superior de Gwiboon y lo lamió después.

—Porque no lo permito, de lo contrario, ya te habría dado por todos los huecos de tu cuerpo.

Gwiboon se asqueó al pensar en Taemin en algún agujero de su cuerpo.

—¡Éso es estúpido! Taemin es un caballero y es gay, así que no le interesan las chicas.

Minjung bufó y dió un jalón al elástico de la ropa interior de Gwiboon.

—No me importa, igual no me agrada que te abrace y te bese frente a todos.

Gwiboon frunció el ceño y trató de cerrar las piernas.

—No tienes ninguna razón para estar celosa, Minjung. Jamás te he dado esperanzas de nada. ¡Ni siquiera sabía que te gustaba! Ni siquiera sabía que tenías sentimientos por nadie.

—Oh, linda.—Se acomodó el desordenado cabello.—No me gustas. Te deseo como una loca. Tengo unas ganas tremendas de ver tu carita contrayéndose mientras te corres por mi culpa.

A Gwiboon la recorrió un escalofrío delicioso pero incómodo aún.

—¿D-de qué hablas?

Minjung sonrió.

—Voy a probar a esta nena tan rica que te guardas, aquí abajo.—Palmeó la ropa interior que ya empezaba a mojarse.— Se ve bastante apetitosa y espero que esté lo suficientemente cerrada como para que te crea que eres medio virgen.

Gwiboon negó y trató de alejarla y salir corriendo, pero la alta se lo impidió.

—De éso nada, cariño.—Sonrió—Vas a ser mía, y no me importa cómo.

Gwiboon comenzó a llorar.

—¡Ni siquiera me gustan las chicas, Minjung! ¡No quiero que me toques así! ¡E-Esto es abuso!

Minjung se rió y le beso el muslo derecho con lascivia.

—¿Cómo te toco?—Preguntó irónica.—¿Así?—presionó su índice contra el punto húmedo que se marcaba en el lugar donde estaba la vagina de Gwiboon.—¿O así?—Subió su mano al seno izquierdo, y aún cubierto, de la chica, palmeándolo con cariño.

No quería aceptarlo, pero estaba disfrutando que Minjung la tratara y la tocara así. Había algo interesante y un poco excitante en la chica. Separó más sus piernas cuando Minjung hizo el intento de bajarle las bragas. Ya se había resignado.

—¿Estamos más cooperativas?—Sonrió y bajó por completo la prenda, dejándola en los pies de la castaña de mechas y subió sus manos por las deliciosas piernas que tenía.—Así será mejor, cariño. Prefiero que también lo disfrutes.

Se arrodilló en el asiento de abajo y puso las piernas de Gwiboon en sus hombros, sintiendo en su rostro el calor que emanaba del sexo de la chica.

—Hueles delicioso, unnie.—Ronroneó con burla ante el honorífico.—Es embriagante, me pregunto si sabrás igual de bien. Probablemente tu sabor sea a fresas, como tu linda boca.

Gwiboon se ruborizó y cubrió su cara con sus manos.

—No te avergüences, linda.—Dijo, acariciando el lugar donde se unían su pelvis y su pierna.—Lo disfrutarás mucho. Te lo aseguro como que dentro de un mes volverás a ser mi capitana.

Acercó más su cara y soltó un sonoro beso casi contra los labios exteriores de la chica. Justo cuando Gwiboon quiso decir que todo éso estaba mal y era un error, Minjung estaba atacándola con su caliente y fuerte boca.

Las manos de la más baja estaban aferradas al borde del asiento y su espalda se recargaba en el asiento de arriba mientras comenzaba a temblar por la sensación.

—M-Minjung.—Sus palabras se volvían gemidos incomprensibles y optó por sacarse la blusa y el sostén.

Comenzó a tocarse los pezones con ambas manos, apretándolos deliciosamente, justo como en sus normales masturbaciones semanales. Su mano derecha viajó hasta el sur de su cuerpo y cuando lo notó, se encontró tocándose a sí misma a la par que Minjung la besaba tan íntimamente.

Los labios de Minjung trataban de probar la mayor parte de la intimidad de su preciosa Gwiboon, pero se entretenía en varios lugares, más específicamente, alrededor del clítoris de la chica, para no llevarla al borde demasiado pronto.

Gwiboon estaba temblando de pies a cabeza. Su rostro sudado y sus ojos cerrados daban fe de la maravillosa sensación que inundaba su menudo cuerpo.

Minjung lamía entre los labios de la chica y Gwiboon sólo se retorcía medio sentada, a la par que su dedos trataba de introducirse en sí misma, pero la menor no la dejaba.

—De éso nada, princesa.—Sonrío, alejándose del sexo de Gwiboon, que tuvo que esforzarse por no gemir desesperada.—¿Sabes cuánto me gustas?—Le tomó el rostro con la mano derecha.

Observó detenidamente las espesas y larguísimas pestañas de Gwiboon, sus pómulos marcados, ésa boca rica y ése cuello delicioso. Pasó a sus hombros que se contraían porque su cuerpo anhelaba su orgasmo, sus senos perfectos que aún no había podido probar, su abdomen plano y pálido, sus piernas abiertas y, entre éstas, la entrada al paraíso que ella misma acababa de probar.

Pasó sus manos desde el tobillo hasta los muslos de la castaña y bajó de nuevo su rostro a la femineidad de Gwiboon.

—Gwiboon.—La llamó casi como orden y la otra abrió los ojos.—Mírame.

La nombrada se negó, estaba humillada, sucumbiendo a los deseos y a los besos y caricias de una chica, una chica que odiaba con toda su alma. Una chica que estaba ocupando su puesto, por el que había arrancado dientes y cabellos.

—Mírame.—La llamó de nuevo, más amablemente.

Gwiboon bajó la vista, apenada, sus ojos se encontraron con los enormes de Minjung y ésta sonrío.

—Buena chica.

Sin despegar su mirada de la otra, besó los labios exteriores de Gwiboon, que luchaba por no cerrar los ojos ante tan placer. La mirada fuerte de Minjung aún estaba conectada a la suya, lo que hacía que su cuerpo se encendiera más. Sus piernas comenzaron a temblar a medida que Minjung tocaba fugazmente su clítoris con los dientes o con la lengua, para acabar deteniéndose cuando la de cabello alborotado apresó completamente su perla rosa.

Un segundo después, la menor se encontraba succionando como un bebé, ocasionando que el centro de Gwiboon se volviera más y más rojo, hinchándose y creciendo. Gwiboon ya no pensaba claro cuando llevó sus manos a la cabeza de la chica.

—¡Minjung!

Su voz quebrándose al decir su nombre, también llevó a Minjung al borde. Decididamente, cargó de nuevo las piernas de la mayor y las puso a los costados de su cuerpo, lo cual fue sencillo gracias a la flexibilidad que ésta poseía. Se bajó la falda hasta los tobillos y tomó la mano de Gwiboon al alejarse de su húmeda cavidad.

—Gwiboon.—Dijo encontrando su cara acalorada.—Tócame.

No le dió tiempo de pensar y se abalanzó sobre la boca exquisita de la mayor, a la vez que introducía dos dedos en el cuerpo de la misma. Gwiboon no sabía qué hacer, el placer que estaba sintiendo era glorioso y quería pagárselo de alguna forma a la menor. Comenzó a cooperar en el beso y tomó la nuca de Minjung, mientras bajaba su mano por las piernas de la chica, buscando a tientas su humedad.

La encontró y comenzó a tocarla en círculos. Minjung sintió que iba a desmayarse cuando notó los dedos delgados de la mayor en su sexo cubierto. Gwiboon se enajenó en apartar a un lado las bragas blancas de Minjung y tocó directamente su entrada, ya demasiado mojada.

—Minjung, estás mojada.

La menor rió en la boca de Gwiboon y movió con más fuerza sus dedos, haciendo que la otra lloriqueara de placer.

—Mira quién habla.Liberó la boca de la de la chica de las coletas y bajó su rostro hasta el pecho cubierto de la chica.

—¿Puedes quitarme la playera? Tengo los dedos ocupados.—Movió una vez más sus dedos, dándole énfasis a su petición.Gwiboon le subió la prenda hasta el cuello, sólo con su mano libre y desabrochó su sostén.

—Gracias a Dios que se abrocha al frente.—Comentó la mayor, con los labios rojos por los feroces besos. —Me iba a volver loca si tenía que sacar la mano.

Minjung sonrió y lamió el valle de los senos de la chica, recogiendo todo el sudor de su tórax. Sus labios fueron a pasearse de un seno al otro, probando su textura y su sabor. Eran cremosos y suaves como la seda.

—Sería muy sexy que te saliera leche.

Gwiboon abrió en demasía sus ojos y rió.

—Estás muy enferma de la cabeza. Creo que en lugar de un asesor de imagen, te enviaré con un psicólogo, Choi.

La menor sonrió y pasó a besar el cuello de la más baja que, a modo de respuesta, apretó entre su índice y su pulgar el clítoris dormido de Minjung.

—¡Ah!—Jadeó Minjung,—Qué rico se sienten tus dedos, capitana.—Gwiboon se ruborizó.—No sé de qué te avergüenzas. Lo haces muy bien, te lo juro.

En un momento, los dedos de ambas empezaron a resbalar más fácilmente y las dos supieron que estaban cerca.

—Vas a correrte mirándome a los ojos, ¿entiendes?—Gwiboon asintió, apenada.—Antes de éso, bésame. Quiero durar lo más posible.

Gwiboon obedeció y enredó por primera vez su lengua con la ajena, bailando al mismo compás agitado y sin dejar de penetrar o ser penetrada con sus dedos.

Minjung se separó de Gwiboon y pegó su frente a la propia, mirándola a los ojos.

—Córrete.— Apretó con fuerza el centro de la chica, que contrajo el rostro—¡No cierres los ojos!

Gwiboon abrió los ojos y miró hacia los de la menor justo en el segundo en el que soltó su esencia en los dedos largos de Minjung.

Se dejó caer en la banca, sudada, temblando y aún gimiendo por todo lo ocurrido.

Minjung sacó sus dedos del interior de la chica y se los llevó a la boca, sin dejar de mirarla.

—Deliciosa, Gwiboon.— Los lamió provocativamente.—Muy deliciosa, en verdad.

Se sentó junto a la chica y lo volvió a acariciar el plano vientre con la punta de los dedos.

—Aún no he terminado.

Gwiboon la miró con la ceja alzada.

—¿Crees que el sexo es sólo para una persona? Yo también quiero correrme en tus dedos y que los lamas después. ¿Creías que era sólo para ti, cariño?

Gwiboon cerró los ojos y gimoteó divertida.

—Eres una enferma.

—Más de lo que te imaginas—Dijo Minjung antes de besarla.

 

 

 

 

 

A la mañana siguiente, Gwiboon despertó por el zumbido de su teléfono.

¡¿Hola?! ¡¿Dónde mierda estás, Gwiboon?! Llámame cuando veas el mensaje.
-Taemin.

Sonrío y marcó el número de su mejor amigo.

—¡¿Gwiboon?! ¡Oh, gracias al cielo! Estaba muy preocupado, idiota.—Reclamó, molesto—¿Qué pasó? ¿Por qué tardaron tanto en salir? ¿Por qué había tantos gritos? ¿La has matado y te has deshecho de su cadáver?

Gwiboon rió y se estiró en la cama.

—Sí, hola Taemin. Buenos días, también.—Dijo sarcástica.—No nos gritamos ni nada, sólo…—Se sonrojó al recordar.—Cosas.

Taemin dejó de hablar y soltó una tremenda carcajada.

—¡Oh, por Dios! ¿Te acostaste con ella, maldita loca?—chilló alegre—¡No sabía que eras bisexual! No vayan a decir que te influencié, tonta.

Gwiboon gruñó y giró en el colchón.

—No soy bi, estúpido. Sólo pasó y ya. Aunque no me arrepiento de nada.

—¡No me lo creo!—Gritó emocionado, casi saltando en su lugar.—¡Mi mejor amiga se revolcó con Choi Minjung!

Un quejido masculino se oyó desde el otro lado del pelirrojo.

—Taemin, cállate y regresa a la cama. Es muy temprano como para estar chillando como loco.

Gwiboon abrió mucho los ojos, sospechando suspicazmente.

—Taemin, ¿con quién estás ahora?

El menor rió tontamente y se hizo el loco.

—Con nadie, mamá.

Otra vez, un quejido bajo se dejó oír más al fondo que la voz del mejor amigo de Gwiboon.

—Taem, aún estoy desnudo, cariño.

Esta vez, Gwiboon reconoció la voz y ésa estúpida frase.

—¡¿Estás con Jonghyun?!

Taemin rió, totalmente satisfecho de sí mismo.

—Sipi.

Gwiboon no cabía en sí de asombro y casi se cae de la cama.

—¡Tienes que contármelo todo!

—Por supuesto que sí, mamá…

—O dejas de hablar con Taemin o se queda sin sexo hoy.—Dijo Jonghyun en el teléfono—Hablo en serio, Gwiboon. Adiós—Y cortó la llamada.

La de las mechas se sentó en la cama, con la boca abierta al imaginarse a Taemin y a Jonghyun en un desenfrenado encuentro sexual.

—¿En qué piensas, gatita?

El brazo de Minjung se enredó en su cintura y pegó su pecho a la espalda de la mayor.

—Taemin y Jonghyun…

—¿Qué pasó?

—Ellos…

—¿Tienen sexo? ¿No sabías? Tiene más o menos unas dos semanas.

Gwiboon miró con ojos enormes a la menor.

—¡¿Qué?! ¿Todas lo sabían?—Minjung asintió, confundida.—¿Y por qué yo no?

—No lo sé, parecías perdida éstos últimos días. Tal vez ya te afectaba nuestra tensión sexual.

Gwiboon hizo un puchero.

—Debiste decírmelo.

—Oh, claro. Anoche debí haberme alejado de sus pechos y decirte casualmente «¿Sabes? Tu mejor amigo y tu ex probablemente vayan a hacerlo esta noche en el auto de Jonghyun».—Rodó los ojos.

Gwiboon se sonrojó.

—C-como sea.—Se separó de Minjung—Me tengo que ir, es bastante tarde como para inventarme una excusa en casa.

La castaña menor abrió mucho sus enormes ojos y la tomó de la cintura, regresándola a la cama.

—De éso nada, cariño.—Dijo derrumbándola bajo su cuerpo.—Aún hay muchas cosas que quiero probar contigo.

—¡Pervertida!

—No decías éso anoche cuando te estaba chupando la…

—¡Choi Minjung!

—No grites, que aún no te estoy tocando.

—¡Minjung!

—Oh, ¿éso quiere decir que quieres que lo haga? Está bien.

Los dedos largos de la menor se escurrieron entre las piernas de Gwiboon.

—¡Minjung!

Minjung se rió.

—¿Sí, linda?

—Te quiero.—le dió un cortísimo beso en los labios—Aunque seas una maldita pervertida.

—También te quiero.—le regresó el beso—Aunque te hagas la santa cuando sabes que te fascina que mis dedos te…

—¡Minjung!

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8 comentarios en “Captain {Oneshot} [Capítulo Único]

  1. Me has causado un trauma de por vida. En anteriores ocasiones he leído Yuri pero siempre eran tiernos y dulces, tu me has llevado al extremo más recóndito con este smut. Realmente me ha dejado shockeada.
    Me pareció bastante agradable la trama y las personalidades de las chicas, para ser el primer Yuri que se publica en el blog está muy bueno.
    xoxo´s

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  2. Okay.
    Lo tuve que leer por parte porque no me dejaban terminar de leer. Inches interrupciones del mal.
    En fin, OTL, me encantó.
    asdfghasdfgh omfg.
    De verdad que te quedó muy bien.
    Por fin la sección yuri queda oficialmente abierta con una excelente lectura, gracias linda <3

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