Eres mía {Oneshot} {Único capítulo}

Eres mía por CeCe. (c) Poster por CeCe.
Jonghyun & Lectora | Oneshot | Hetero | +17 | Romance, erótica.
Advertencias: Lemon.

Disclaimer: Jonghyun no me pertenece. La historia es sólo para entretener.

Nota de autor: Pues a vista de que hacen falta más heteros, me dispuse a hacer unos cuantos~ habrán de varios Idols en general~ así tendrán variedad y pues, estaba inspirada también. También tenía ganas de escribir un shot así porque he visto que piden mucho eso de «Tú y tu bias», la verdad no soy muy fan de eso y pues, me gustan más los «Idol x Lectora». Espero les guste el shot y espero sus comentarios.
Como algo más que agregar, Boice, corazón, espero leas esto y espero te guste <3

Eres mía.

—Eres odioso —le dije mientras me levantaba de mi lugar —te la pasas jodiendo mi existencia.

El tono de mi voz era normal, no iba a lograr que yo le gritara, simplemente le diría las cosas como eran y de frente. Tenía que saber que su persona me irritaba en ocasiones. Talvez al principio era lindo y no decía nada porque me gustaba que se fijara en mí aunque fuese sólo para molestar, pero ahora era la cosa más molesta.

—¿Estás molesta? —me preguntó serio, como siempre. La verdad es que parecía un robot o un androide o algo parecido, su expresión jamás cambiaba, siempre estaba de ese modo serio y tan neutra que me frustraba.

—¿Te parece que estoy molesta?

—La verdad no, te ves linda, pero no molesta —me dijo mientras se inclinaba y recargaba su cabeza sobre sus manos sin quitarme la vista.

—No sé porqué mi hermano es amigo de un idiota —escupí. Me di media vuelta y caminé directo a la cocina. Escuché cuando él me llamó varias veces. Estaba todo tonto si creería que iría de regreso con él. ¡No señor! No soy pendeja, no va a manipularme.

Entré a la cocina y tomé un vaso de la alacena que estaba frente de mí para poder tomar un poco de agua fresca. Mi hermano se estaba tardando en llegar y ciertamente, no quería estar sola en casa con él.

—¿Sabes que realmente eres hermosa? —casi escupí el agua que había bebido.  Tapé mi boca y pasé; al dar la vuelta vi que estaba recargado en la pared, con los brazos cruzados y ese porte de chico malo y sexy. Realmente era sexy, jodidamente sexy.

¿Por qué jugaba así? Era irritante, se comportaba como todo un galán y después como un idiota. Talvez caí al principio, pero ahora que sé como jugaba, no sería tan fácil.

—Deberías esperar a mi hermano en su cuarto y así dejarme de acosar —sentencié mientras colocaba el vaso en la mesa. Él me miró de pies a cabeza, ¡carajo!, como me derretía esa mirada suya —. Jonghyun, ¿acaso me odias?

Me golpeé mentalmente al preguntarle en voz alta, pero simplemente salió, así de la nada lo había dicho y después de unos instantes vi como él sonreía de lado. Era un maldito, seguro sabe que es sexy y se aprovechaba de eso.

—No —. Movió  su cabeza suavemente, negando.

—Entonces deja de molestarme, por favor —le pedí mientras regresaba a mirarlo. Él seguía sin decir nada, sólo se limitó a quedarse en la misma posición.

Bajé la mirada y suspiré pesadamente, era un caso perdido. Tenía que pasar por su lado para ir a la sala, lo cual lo pensaba. Y después de unos segundos para darme valentía lo hice, camine decidida por su lado hasta que sentí un tirón, me había sujetado de mi brazo izquierdo.

—¿Qué? —le pregunté mientras veía como sostenía mi brazo.

Se acercó más a mí y de la nada me tomó de la cintura pegándome a él. Sentí como mi corazón se aceleró de inmediato, creía que estaba por salir de mi pecho por la intensidad con la cual palpitaba. Mi sangre estaba hirviendo por el calor del momento, y pude sentir como subía hasta mi cara.

—Te ves más hermosa cuando te sonrojas —¡Demonios! El tipo me ponía y que me dijera esas cosas me avergonzaba más y me hacía delirar. ¡Carajo! ¿es que siempre caería a sus pies? Esto era un circulo vicioso.

Me tomó de la barbilla y sin dar tiempo a nada me besó, sólo juntando sus labios con los míos. Todo se detuvo, sólo era él y yo en un beso tierno. Entonces sus labios empezaron a moverse en un movimiento lento, tranquilos, suave. Yo hice lo mismo, tratando de seguir su paso, pero me estaba quedando sin aire y tuve que separarme de él.

Tomé una bocanada de aire, ahora sabía como se sentía un pez fuera del agua. Así me hacía sentir, me dejaba sin aire cada vez que me besaba. Era una ingenua y una tonta, pero qué hacía cuando él siempre estaba ahí.

—Ven —me susurró en los labios y me tomó de la mano.

No puse resistencia alguna y simplemente dejé que me llevara a donde él quisiera.  Subimos las escaleras directo a mi cuarto, él abrió la puerta e hizo que yo pasara.

—Espera —volvió a decir mientras salía y corría al cuarto de mi hermano.

No tuve tiempo de decirle nada. Mi cuarto estaba hecho un asco, había ropa mía por todos lados, incluso estaba tan mezclada que ya no sabía cual era la limpia y cual era la sucia y me entró pánico.

No sé cómo ni cuándo pero me puse a recogerla toda la que encontraba y la metía a la cesta de la ropa sucia, ya después vería cuál era cual.  Mis cuadernos y libros estaban regados en el escritorio, eso lo dejaba así. Mi cama estaba desatendida, vaya sorpresa.

—¿Me extrañaste? —rodeó mi cintura y me habló al oído. Si no me tuviera en sus brazos seguro hubiera ido directo y sin escalas al suelo.

—Claro que no —le dije mientras intentaba tranquilizarme.

—Voy a tener que castigarte —volvió a susurrar. Entonces mis piernas flaquearon cuando sentí sus labios en mi cuello. Estaba dejando un rastro de besos húmedos sobre mi piel. Me sentía desvanecer, estaba al borde de la locura total y todo era meramente su culpa.

Me giré para verle al rostro y sin esperar nada lo tomé y lo acerqué a mí, sus labios volvieron a apoderarse de los míos en ahora un beso más intenso, con lujuria. Sus manos se posaron en mis caderas, subiendo por mi espalda.

Me guió hasta la orilla de mi cama, entonces nos separamos y fue  hasta entonces cuando me percaté de una caja roja sobre mi cama.

—¿Qué hay ahí? —le pregunté curiosa.

Él sonrió con malicia y fue hasta la puerta para cerrarla y ponerle seguro.

—Son unas cosas que me guardaba tu hermano —me dijo acercándose a mí mientras se quitaba la chaqueta de cuero negro. Seguramente en su otra vida había sido striper o algo parecido.

—¿Cosas? —me atreví a preguntar.

Jonghyun abrió la caja, me acerqué un poco más. Habían vibradores, condones y algunas botellas pequeñas de diferentes colores y en automático dí un paso atrás. No es que fuera una santa o virgen, pero la idea de que él tuviera acceso a mí y que hiciera por completo lo que él quisiera, simplemente me parecía perverso, muy perverso.

—¿Qué? ¿tienes miedo? —preguntó y se acercó a mí tomándome de la cintura.

—La verdad es que sí —me confesé.

—Prometo que no te dolerá, no mucho —me dijo bajo mientras me acercaba más a él.

—¿Dolor? —quise separarme de él pero se había vuelto a adueñar de mis labios. Esta vez su beso fue más feroz, con más intensidad y energía que de verdad no podía seguir su paso.

Sus manos empezaron a moverse por todas partes, sus caricias eran fuertes, ya no había ni un rastro de delicadeza en él. Y en cierta manera me excitaba. Podía sentir como cada vez más mi cuerpo buscaba de su atención.

—Jonghyun —susurré su nombre al sentir como mordía suavemente mi cuello.

Empecé a quitarle la camisa blanca, desabrochando botón por botón, mis movimientos eran torpes, mientras que los suyos eran ágiles y rápidos.  Me quitó la blusa de un movimiento y me desabrochó el pantalón en otro. Yo apenas y pude deshacerme de su camisa y la arrojé lejos.

Jonghyun tomó la caja y la puso sobre mi buró, tirando algunas cosas al piso, después me tomó y me empujó sobre la cama.

Él subió sobre mí y volvió a besarme mientras tocaba mis pechos. Sus manos sobre la tela de mi brasier provocaban en mí demasiadas sensaciones que creía que me volvería loca. Empezó a besar mi cuello nuevamente, esta vez iba bajando hasta llegar a mi pecho.  Sus manos pasaron a mi espalda y yo me curvé para que tuviera fácil acceso. Se deshizo del brasier, y sonrió al verme así, sin esa prenda.

Tomó mis pechos con sus manos, presionando fuerte, provocando que salieran de mi garganta gemidos y algunos gritos. Podía sentir la necesidad entre mis piernas crecer cada vez más, necesitaba que él atendiera esa parte también, y entonces sentí su mano pasar de mi pecho, acariciado mi vientre hasta llegar a mi sexo. ´

Jonghyun besaba mis pechos alternadamente para después bajar poco a poco mientras me quitaba los pantalones y la prenda restante. Ahora estaba completamente a su merced.

—Jonghyun —susurré entre suspiros para ver como él se levantaba y se quitaba las últimas dos prendas.

Separó mis piernas y se acomodó, podía ver su mirada tan llena de lujuria, de perversión y definitivamente, me gustaba.

Su mano recorrió mi pierna, mi muslo hasta llegar nuevamente a mi intimidad. Arqueé mi espalda ante el estímulo, ese bendito estímulo que me provocada placer infinito. Sus dedos eran hábiles, moviéndose y provocándome más.

—Te necesito, ya no juegues —le rogué mientras sentía sus labios besar mi clavícula. Podía sentir sus respiración sobre mi piel y su mano libre vagar por mis curvas, clavando su rostro sobre mi hombro, mordiendo suavemente para después dejar un beso.

—Me gusta jugar contigo —me susurró al oído mordiendo el lóbulo. Casi gritaba al sentir como empezaban a llegar los espasmos de placer —aún no —me dijo mientras retiraba su mano de mi parte baja.

¡Carajo! ¿de verdad me hacía esto? Aferré mis manos a su espalda al sentir la frustración por haber interrumpido los espasmos. Mi respiración estaba errática, todo por causa suya. El rió bajo, entonces pasé mi mano por su cuerpo hasta llegar a su miembro que ya estaba duro.

Empecé a mover mi mano, sintiendo como se excitaba cada vez más, como su respiración se agitaba y como suspiraba pesadamente.

Me gustaba tenerlo así, para mí. Me gustaba tener control sobre él aunque fueran por unos instantes, me gustaba la idea de que fuera mío. Jonghyun levantó su rostro y entonces lo miré a los ojos para después levantarme un poco y besarle. Él continuó con el beso mientras seguía estimulándolo hasta que paré. Gruñó por la frustración y yo sonreí.

—Aprendes rápido —me dijo a los labios. Acaricié su espalda mientras continuaba con ese beso tan lleno de pasión.

De la nada y sin previo aviso entró en mí de un golpe, yo quedé en ceros, en trance hasta que volvió a entrar en mí. Entonces reaccioné.

Colocó sus manos sobre mi cadera mientras su rostro volvía a hundirse en mi cuello mordiendo mientras entraba y salía de mí. Podía sentir como su dureza se hacía espacio dentro de mi cavidad, provocando esas sensaciones tan maravillosas que me estaban llevando al paraíso. Podía sentir como mi cuerpo se llenaba de placer mientras él me penetraba con fuerza.

Y cuando creía que no podía ser mejor, lo fue. Empezó a moverse aún más fuerte y más rápido, comenzó un frenesí que no paró hasta llegar al orgasmo total. Sintiendo como se corría dentro de mí, gritando mi nombre mientras yo gritaba el suyo.

Nuestras respiraciones estaban totalmente agitadas y entonces él se incorporó.

—Anda, date la vuelta —me ordenó mientras intentaba respirar con normalidad.

—¿Qué? —me quedé estupefacta. Y entonces le obedecí, me di la vuelta y entonces sentí como sus manos se colocaban sobre mi cadera y levantaban mi trasero para él.

—Eres mía ya, y puedo hacer lo que quiera contigo —me dijo serio.

—Me agrada eso —susurré mientras él se acomodaba y entraba nuevamente en mí.

 

Eres mía por CeCe {Rubí Hernández} se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://utopiakfiction.wordpress.com/2013/09/12/eres-mia-oneshot-unico-capitulo/.