Stolen Passion {Fanfic} {Capitulo 2}

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Disclaimer: Los integrantes de Super Junior no me pertenecen. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

N/A: Lo se, kill me. Me he tardado horrores en subir el capitulo, de verdad lo lamento. Hubo varias cosas que me impidieron, desde bloqueo mental hasta la tecnología en mi contra.  Quiero aclarar algo: si voy seguir la historia, sólo que esta vez me tarde más de lo previsto en actualizar y les pido disculpas de nuevo.

Ademas, si alguien ama el Kyuwook como yo lo amo sabrá que pronto es su aniversario y pienso celebrarlo con un oneshot wiiiii. Así que de nuevo pido disculpas y juro que no tardaré tanto con el siguiente, si no cumplo que Jessica predebut se me aparezca hahaha(solo es un chiste, no se ofendan xD)

Bueno ojala les guste y lo disfruten. Bye bye

Capítulo 2.- INOCENCIA.

<Ten la apariencia de una flor inocente;

Pero sé la serpiente que acecha debajo>

(William Shakespeare)

 

 

Dolor. Dolor. Dolor.

Lo que su cerebro registró fue puro dolor.

Una punzada le recorrió desde su cuello hasta su trasero. Levantó levemente la cabeza y un dolor agudo lo atravesó como un rayo. Se talló los ojos y lo primero que divisó fueron las típicas paredes blancas del hospital. A las cuales ya estaba acostumbrado.

Se levantó lentamente de la silla mirando a su alrededor. Sus hermanos dormían abrazados sobre el sillón; no le gustaba tenerlos ahí, pero  sin más familia a quien recurrir, debía  tenerlos a sus pequeños en ese feo sofá y tétrica habitación.

Siguió su recorrido por la habitación, hasta que sus ojos se posaron en la figura que yacía sobre la cama; aun lucia pálida pero, era demasiado pronto para registrar cambios. Aunque el doctor le había asegurado que ahora su madre se encontraba estable y eso le alegró. Todos habían dicho que era un milagro haber conseguido el trasplante a tiempo, pero Ryeowook sabía que  no era verdad; lo que había ocurrido no lo había hecho Dios, sino un demonio.

Un demonio llamado Kim Heechul.

Sus pensamientos se arremolinaron y un pinchazo en su corazón lo hizo reaccionar. Sabía el precio que debía pagar por la vida de su madre, pero una cosa era saberlo y otra afrontarlo.

Las manos comenzaron a sudarle; el aire salía, pero no entraba a sus pulmones; su corazón golpeteaba en su pecho fuerte e insistente mente. Estaba seguro que le daría un ataque, tal vez sería la solución a sus problemas. Pero el ataque al corazón nunca llegó;  sólo se había hiperventilado. Tenía que afrontar la realidad y pagar su deuda. Un nudo se formó en su pecho.

 

Y sintió ganas de llorar.

 

Reprimió toda lágrima y dolor. Lo primero eran sus hermanos y su madre; desde que su padre murió él se convirtió en el hombre de la casa, a pesar de ser sólo un niño. Pero no había perdido la inocencia, a veces solía ser tan inocente que la gente abusaba de él.

Respiró hondo y decidió despertar a sus hermanos. Se levantó y forzó una sonrisa en su rostro.

“Nada es tan malo para dejar de sonreír.” Ese siempre había sido su lema.

 

Había prometido nunca dejar ver su sufrimiento a los demás; si no mostraba sus debilidades, nadie sabría  qué es lo que lo hiere.

—Vamos niños, es hora de levantarse.—Ryeowook movió ligeramente los pequeños cuerpos de sus hermanos. SungMin y Henry agitaron sus brazos, como si espantaran algún bicho volador y fastidioso.—Chicos levantase o no habrá panqueques de desayuno nunca más.

El primero en moverse fue Henry, pero al hacerlo movió el cuerpo de SungMin haciendo que los dos cayeran de frente contra el suelo, y así comenzó la típica pelea matutina. Ryeowook suspiró frustrado, de verdad eran unos niños aun.

—Basta. Estamos en un hospital y…—Ryeowook lanzó  una mirada fugaz hacia la cama.—Mamá está durmiendo.—Los chicos inmediatamente dejaron su pelea y se lanzaron hacia la cama, besaron y abrazaron el cuerpo inerte de su madre. Ryeowook los observaba y supo que todo lo que perdería valdría la pena. Después de todo, la virginidad estaba sobre valorada.

 

”Pero la dignidad no”.

 

Ryeowook agitó levemente su cabeza, tratando de deshacerse de todos esos pensamientos. No era ni el lugar ni el momento para compadecerse por ser un chico pobre con sueños muy grades. Al parecer el sexo por amor no era para los pobretones como él.

—Vayamos a desayunar mientras le hacen el chequeo matutino a mami.—Los niños asintieron alegremente. La comida era su segundo amor. El primero era su hermano y su madre.

 

Aunque pasaran los años aún no se acostumbraba a la comida de los hospitales. La odiaba. Al igual que el olor, el color, el sonido de las camillas arrastrándose por los pasillos, las máquinas y sus raros pitidos que anunciaban si alguien vivía o moría. Todo era desagradable para Ryeowook. Simplemente odiaba los hospitales. Le recordaban la muerte de su padre y le recordaban que podía perder a su madre.

Dejó las charolas en la mesa, sus pequeños comenzaron a devorar la comida sin reclamo alguno. Ryeowook dio un pequeño bocado a su fruta, pero era como comer fierro. El nudo en su estómago y garganta no desaparecían.

“Tal vez mañana.”

De verdad deseaba que mañana todo solo fuera como un mal sueño, borroso e irreal.

>o<

 

El chico rubio entró como un huracán en la sala de espera. Corriendo hacia él, como si no se hubiesen visto en años.

—Oh Wookie. ¿Cómo está todo? ¿Cómo está tu mamá?—Su amigo le regaló una sonrisa que hizo su corazón sentir más cálido.

—Está bien, hyung. El trasplante es bueno y su cuerpo reacciona bien. Ahora la están revisando y después podremos verla.—Ryeowook se abrazó al cuerpo de Hyuk con más fuerza, inhalando su aroma, ese aroma que lo hacía sentir tan protegido. Algo que necesitaba desesperadamente.

—¡Hyukkie!—Sungmin y Henry se unieron al abrazo. Para ellos Hyuk era como otro hermano más. Siempre los protegía y los cuidaba.

—Hola enanos.—Ryeowook se separó poco a poco y observó  la escena frente a él. Sus hermanos amontonados en la espalda de Hyuk, riendo. Eso siempre le había gustado de su amigo, él hacía sonreír a sus hermanos e incluso lo hacía sonreír a él aunque estuviera en un momento muy difícil. Hyuk simplemente lo hacía feliz.

El doctor Lee salió de la habitación anunciado que la paciente se encontraba disponible. Henry y SungMin se apresuraron a entrar, seguidos por  Ryeowook y Hyuk.

Cuando entró a la habitación, las lágrimas se amontonaron en sus ojos. Su mamá sonreía, besaba y abrazaba a sus hermanos como si no hubiera un mañana, mientras Henry Y SungMin lloraban en su regazo, sonriendo, sonriendo de verdad en muchos años.

—Ryeowook.—Su madre estiró su brazo, queriéndolo tocar.  Ryeowook se acercó inmediatamente y se aferró a su cuerpo.

—Mami.—Las lágrimas siguieron su curso. Era una sensación extraña, tenía miedo de lo que pasaría esa noche pero lo haría sin pensarlo de nuevo, con tal de ver a su familia así, sin lágrimas de tristeza, sólo sonrisas y paz.

Deseaba quitarles todo el dolor a sus hermanos.

Después de un rato, su madre y sus hermanos se había quedado dormidos, amontonados en la pequeña camilla. Era natural, su mamá aún estaba débil y necesitaba guardar reposo. Intentó   separarlos, para dejarlos más cómodos, pero ninguno de los tres cedió. Querían recuperar el tiempo perdido. No recordaba cuándo había sido la última vez que vio a sus hermanos tan tranquilos, sonriendo mientras dormían.

Se acercó a Hyuk que dormía en el sillón, claramente incómodo, pues era demasiado largo para ese pequeño cachivache. Acercó su mano al rostro de Hyuk y le acarició la mejilla con dulzura. Él era su mejor amigo, el único ser en quien confiaba, aparte de su familia. Pero incluso había cosas que no podía contarle.

Como lo que sucedería esa noche.

—Hyuk.—Ryeowook agitó su hombro lentamente.—Mono

—Hmmm. ¿Qué pasa?.—Hyuk se talló los ojos de forma tierna, lo cual hizo sonreír a Ryeowook. A veces Hyuk solamente era un niño muy alto. Ryeowook miró su reloj, de nuevo el nudo en su estómago se hizo presente. Sabía que ya era hora.

—¿Te puedo dejar a los niños?—Hyuk lo miró confundido.

—¿A dónde irás?.—Tragó saliva con dificultad. Solo quería desahogarse y decirle todo. Pero no podía, si le decía la verdad no lo dejaría ir, y sabe Dios de que eran capaces Heechul y ese hombre que lo había comprado únicamente para recuperar su dinero.

—Necesito arreglar unas cosas. –Hyuk lo miró con un deje de indignación y enojo. Eran mejores amigos y se contaban todo. Pero sabía que ocultarle lo sucedido con Heechul era lo mejor. Ryeowook hizo un puchero, tratando de distraerlo y le besó fugazmente la mejilla. –Por favor Hyukkie.

Hyuk asintió con la cabeza. Ryeowook sonrió y salió corriendo antes de que su hyung se arrepintiera.

“Ojala algún día me perdone”.

Ryeowook limpió unas cuantas lágrimas que se escaparon de sus ojos castaños.

“Mejor aún, ojalá que nunca lo sepa. Ni él ni nadie.”  

 

>o<

 

Nunca le había temido tanto al tiempo. Cada vez que los números en su celular cambiaban, se sentía más pequeño e indefenso; era como si cada minuto se robara parte de su tranquilidad. Miró de nuevo la tarjeta de Kim Heechul, verificó la dirección sabía que era el lugar correcto, pero aun así sus pies se negaban a responder.  De nuevo el escozor en sus ojos se hizo presente.  Respiró hondo y decidió afrontar lo que fuera que viniera con esta experiencia.

Sus manos temblorosas se acercaron vacilantes a la puerta, sintiendo como si la manija le quemara. Tragó saliva y decidió entrar. El lugar parecía un conjunto departamental, demasiado lujoso para alguien como él, pero no para alguien como Kim Heechul. Esperó que el elevador llegara y lo abordó.

Cuando las puertas se abrieron en el último piso, a Ryeowook le faltó el aire. El departamento tenía vista panorámica en donde se podía admirar todo Seúl. Todos los muebles eran blancos y de acero inoxidable, todo era elegante y al parecer costoso. Ryeowook entró con miedo, sentía que si tocaba algo podía arruinarlo con sus manos plebeyas.

—Hola.—No se veía nadie a la vista. Dejó escapar un suspiro.

“Tal vez decidieron romper el trato”. 

 

Pero sabía que sería demasiado bueno para ser cierto.

—Eres muy puntual.—La voz de Heechul lo hizo estremecer. Se giró lentamente para poder observarlo. Aun con el pánico invadiendo su cuerpo, tuvo que reconocer que de verdad era guapo y aun parecía una mujer muy alta.

—Buenas tardes Sr. Kim…

—Oh no, NO. Dime Heechul.—Ryeowook se sorprendió, estaba seguro que no era una sugerencia, era una orden.

—Está bien, Heechul hyung.—El nombrado le sonrió con tanto encanto que sintió sus mejillas  acaloradas.

—El baño está subiendo las escaleras al fondo; hay toallas y te dejé rompa interior. Aunque creo que será una pérdida de dinero y tiempo, no te durarán mucho puestos.—Ryeowook casi se ahoga con su propia lengua. No entendía como Heechul podía hablar así de lo que pasaría, ¿acaso no podía ser un poco más suave y menos directo? De nuevo Ryeowook contuvo las ganas de  llorar.

—Pero ya me he bañado…

—No me importa. Ve y date un baño ahora. Al salir entra a la primera habitación a la izquierda.—Ryeowook no se sentía nada cómodo. De verdad sentía como su dignidad caía y era pisoteada por todos.—¿Qué demonios esperas?—Heechul lo miró claramente irritado.—¿O quieres que te ayude?.—Ryeowook negó inmediatamente ante la mirada lasciva de Heechul y corrió hacia el baño.

Las gotas recorrían su cuerpo desnudo. Su piel ligeramente morena brillaba y un olor a coco se expandía por todo el cuarto de baño. Las lágrimas se mezclaban con las gotas que caían de la regadera, mientras cubría su boca con su mano, deteniendo sus sollozos.  Escuchó a Heechul llamarle desde fuera. Cerró la llave, minutos después salió de la regadera envolviéndose en la fina y suave bata con olor a rosas que le habían proporcionado. Miró sobre las repisas del baño un bóxer negro-demasiado ajustados para su gusto- se lo puso torpemente, comprobando que, efectivamente, eran demasiado ajustados para su gusto.

Al salir se dirigió a la recámara que Heechul le había indicado, donde lo esperaba su verdugo. Porque así es como se sentía, como si lo llevaran directo a la horca.

—Ponte esto.—Heechul le entregó lo que parecía un esmoquin. Después lo rodeó,  mirándolo detenidamente. De repente la bata se le hizo demasiado pequeña.—Parece que no necesitarás nada más. Eres muy lindo.—Ryeowook se sonrojó y desvió su mirada al piso. Nunca nadie le había dicho algo así y menos estando tan expuesto, en todas las formas posibles.

Heechul lo dejó sólo sin decir nada más, aunque al salir parecía molesto. Ryeowook se vistió lento y con mucho cuidado, no quería arruinar tan fina y elegante ropa. Al terminar se miró en el espejo y se sorprendió con lo que veía. Era él, pero no era él al mismo tiempo, sintió como si estuviera mirando a alguien más. Se estaba perdiendo.

De nuevo respiro hondo y salió de aquella habitación. Heechul que lo esperaba en la sala, al verlo se puso inmediatamente de pie y pudo notar sorpresa en su rostro. Pero su reacción duro poco, y en un segundo volvió a ser el hombre pedante de siempre.

—Vamos.—El tono osco y con un deje de enojo lo sorprendió;  pensó que tal vez había hecho algo malo. Heechul no lo esperó  se adelantó y subió al elevador, ya desde ahí le hizo la señal para que  lo siguiera, dándole una mirada fría. El camino en el elevador fue lento y silencioso, ninguno de los dos se miró en todo el trayecto hasta llegar al estacionamiento. Al llegar abordaron un auto negro y elegante, lo cual no asombró a  Ryeowook, si vivía en un lugar así, era obvio que conduciría un auto así.

El silencio volvió a llenar el espacio en el auto; Heechul no abrió la boca en todo el viaje, pero sí lo observaba de vez en cuando, incomodando al pequeño Ryeowook. Pasaron alrededor de dos horas hasta llegar al destino. Ryeowook cada vez se sentía más intranquilo, pero agradecía que únicamente  fuera por un día y jamás volvería a ver ni a Heechul ni al hombre que lo había comprado.

—Sólo entra. Ya te esperan.—Heechul lo observa detenidamente.—Toma.—le extendió un antifaz gris con pedrería; era lindo y lujoso, al parecer costoso. Ryeowook dudó un momento en tomarlos, todo era demasiado extraño, rayando en lo bizarro. Pero terminó aceptándolos, ahora solamente era una marioneta de aquellos dos hombres.—Ryeowook…

Su nombre salió como un soplo de aire de los labios de Heechul; lo miró por unos segundos, esperando que continuara, pero él  no dijo nada más y subió a su auto, dejándolo confundido y perdido, a merced de dueño de la casa y ahora también de su cuerpo y dignidad.

La casa era enorme. Los jardines eran inmensos, incluso Ryeowook se sorprendió al no verles el límite. Había fuentes y pequeños lagos artificiales. Se acercó vacilante a los enormes portones blancos que se alzaban frente a él, tocó el botón del intercomunicador y esperó respuesta… pero nunca llegó.

Ryeowook pensó en salir corriendo cuando las puertas se abrieron frente a él, invitándolo a entrar. Dudo unos segundos, sabía que tal vez podía escapar, pero, ¿Por cuánto tiempo?  Estas personas podían encontrarlo incluso si se mudaba a México y usa un nombre falso, como Juanito Rivera. De nuevo se armó de valor y entró lentamente a la casa o más bien mansión.

Cada vez que se acercaba más a la residencia se sorprendía por su tamaño y diseño. Parecía un viejo castillo del siglo XVIII,  con un toque moderno y elegante. Las puertas principales se abrieron apenas su pie había tocado el último escalón. Se adentró despacio y sigilosamente, pero se detuvo en seco con los ojos como platos, se sorprendió al ver un camino de pétalos de rosas moradas que se extendía desde la entrada, hasta unas escaleras enormes que llevaban a quien sabe dónde.

Se acercó a la escalera y en el barandal se encontraba una nota, escrita a mano.

 

Usa los antifaces.

Por favor, Ryeowook

 

La palabra por favor y su nombre tan informal le hicieron sentir extraño. Obedeció la nota y se acomodó  los antifaces.

“¿Será alguna fantasía?” 

Él nunca había tenido ese tipo de fantasías o fetiches, sólo soñaba que fuera romántica y especial y,  por supuesto, con amor. Y ahora se sentía tonto e ingenuo por imaginar que algo así le pasaría.

Tardó un rato en amarse de valor, pero lo hizo. Subió las escaleras lentamente; sentía las piernas débiles, como líquidas e inestables. Siguió el camino de pétalos morados, aunque no sabía si de verdad existían las rosas moradas.

 

“¿Lo habrá hecho porque es mi color favorito?” Negó rápidamente con la cabeza, sacando ese pensamiento ridículo de ella.

“Claro que no. Sólo soy un prostituto”

 

Prostituto. Hasta nombrarse de esa forma era ridículo, como la situación en la que se encontraba.

Un corredor enorme lleno de ventanales le recibió al llegar al final de las escaleras. Todos los ventanales  se encontraban abiertos, haciendo que el viento ondeara las cortinas blancas de seda, que le acariciaban la piel al pasar, eran como lengüetazos suaves y con un olor a ¿menta? Giró su cabeza y observó el paisaje, desde ahí se podía ver el jardín, el cual lo había maravillado. Parecía un paraíso, aunque  Ryeowook sentía que entraba al mismísimo infierno.

Cuando el camino de pétalos terminó, se encontró frente a unas enormes puertas blancas. En la puerta se encontraba otra nota, exactamente igual que la primera, pero con una indicación diferente.

 

Entra y cierra los ojos

Ryeowook

Algo dentro de él se movió con esas palabras. Las manos de nuevo le temblaban y la boca se le secó. No sabía qué le esperaba detrás de la puerta.

Varios minutos después, entró a la habitación… con los ojos cerrados. Sus fosas nasales se inundaron de un delicioso olor a menta y vainilla. Olía bien, demasiado bien.

Sintió  alguien posarse detrás de él, pero no se giró. Temía a lo que sea que se encontrara ahí.

—No sabes cuánto tiempo te he esperado.

La voz varonil de aquel hombre hizo que su vientre se tensara; era ronca, pero suave a la vez, como caramelo. Duro y dulce. Pero sus palabras lo habían confundido. Inmediatamente la mente ordenada de Ryeowook revisó la hora del encuentro; estaba seguro de haber llegado puntual, es por eso que no entendía el comentario de su acompañante.

Sin embargo todos sus pensamientos elocuentes se fueron al carajo cuando sintió el pecho de aquel hombre frotarse contra su espalda y sus labios rosando su nuca, acercándose lentamente a su oído.

—Te haré conocer el cielo y juro que nunca más querrás irte.

Ryeowook suspiró cuando su aliento chocó contra su piel expuesta, erizándola al contacto. Las palabras que le había dicho estaban tan llenas de todo, pero le hicieron sentir un vacío en su estómago.

Ryeowook pudo sentir el deseo, podía palpar la lujuria en cada una de las letras de aquella frase y eso le hizo sentirse mareado y acalorado.

—Me llamo Kyuhyun. Cho Kyuhyun. Y juro que nuca olvidarás mi nombre, Ryeowook.

El calor invadió su cuerpo haciendo arder su vientre, derritiendo su cerebro y junto con él todo su juicio.

“Esto está mal”. Se dijo asustado.

Pero no importaba, porque en su cuerpo se sentía tan jodidamente bien.  De sus labios salió en un susurro involuntario; era como si estuviera en trance, no podía controlar sus reacciones.

Las letras se deslizaron desde su garganta, bajando por su lengua como chocolate líquido y caliente…

—Kyuhyun.

No sabía ni cómo ni por qué, pero algo era seguro.

Nunca olvidaría ese nombre.

 

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10 comentarios en “Stolen Passion {Fanfic} {Capitulo 2}

  1. ¡Demoraste! (Yo fui la que pregunto por face hace unos dias sobre si lo continuarias XD) Ay
    el pobre Wook me da pena, en sierta forma siento que odio a Kyuhyun y no sé por qué o si sé, pero… Me da rabia, y me quede en duda con Heechul, por un momento pense en que le habia gustado Ryeo pero eso es aventurar mucho.
    Que bueno que actualizaste T-T no importa si demoras, la cosa es que no lo abandones.

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  2. Por fin!!!!

    ay!!! Pensé que no lo continuarías mas, de verdad que si quede con eso :( pero me alegra saber que no y que has actualizado.

    Amo el KyuWook, y esta historia me encanta, es tan genial… es sexy xD
    Mi pobre Wook, a merced del Cho, pero quien quita y esta experiencia le cambie todo y mas si el Cho esta enamorado de él o lo que sea que sienta por él.

    Espero actualices pronto mujer, hay tan pocas historias del KyuWook, hay que hacer mas historias.

    Ojala y podamos leerte muy pronto.

    Saludos.

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  3. Es de los pocos «KyuWook» decentes que he podido encontrarme, por favor actualiza pronto que me voy a morir por la espera, usare la frase de Kyuhyun cuando lo hagas; «He esperado por ti bastante tiempo..» (?) hahahahahaha, esta muy buena la historia, pobre Ryeo~ la debe de haber pasado mal pero algo me dice que Kyuhyun lo calmara o eso espero. :c

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